Las amistades, la fe y el crecimiento personal de Mike lo ayudan a sostener su recuperación.
Mike sabe cómo es sentirse solo, necesitando ayuda. "Son momentos difíciles en los que uno llora solo en su soledad," dice. "Yo en mi cama lloraba y le pedía a Dios que me ayúdame. Ya no podía conmigo mismo."
Ese día se comprometió con su crecimiento personal y buscó apoyo para su trastorno por consumo de sustancias (TCS). "Yo me miraba en ese espejo y dije: 'No, voy a luchar por mí, no lo voy a hacer por nadie, lo voy a hacer por mí mismo.' Aprendí a amarme."
Mike perdió contacto con su familia durante su consumo activo de sustancias, como muchos californianos. En el último año y medio, ha estado construyendo nuevas relaciones significativas, incluyendo amigos y compañeros de trabajo.
"Me siento como en familia, como si fuera mi propia familia. Esa confianza que tienen ellos conmigo, eso me hace sentir bien y seguir adelante," dice. "Claudia es una de ellas. Soy una persona a quien apenas conocía. Y cuando se enteró, cuando supe de que no tenía dónde vivir, se apuró por mí. Y esas son cosas que agradezco. Que la gente se preocupe por mí."
Cada una de estas relaciones está ayudando a Mike a crecer en su recuperación. "Sigo caminando y estoy agradecido con la vida, con Dios, por todo lo que me da, por todo lo que soy."